(Para 4 personas)
Ingredientes:
- 350 grs. de garbanzos.
- 250 grs. de judías blancas.
- 250 grs. de bacalao salado.
- 2 hojas de laurel.
- 2 ó 3 dientes de ajo con su piel.
- 1 ó 2 palitos de canela.
- Harina para espesar al gusto.
- Azafrán.
- 1 cucharadita de pimentón.
- Ajos.
- Aceite de oliva.
- Sal.
Ingredientes para las Pelluelas o Bolas:
- 3 huevos batidos.
- 1/2 vasito de leche.
- Pan rallado, el que admita.
- 1 toque de sal.
-1 cucharadita de perejil picado.
- 1 cucharadita de ajo en polvo o tierno muy picado
- Aceite de oliva para freír.
La víspera ponemos los garbanzos, las judías y el bacalao bien lavado de sal todo junto a remojar. Hay que tener en cuenta que la legumbre ha de estar en remojo entre 8 y 12 horas.
A la mañana siguiente, escurrimos del agua del remojo y lavamos. Ponemos todo en la olla y agregamos dos hojas de laurel, dos o tres dientes de ajo con su piel y las ramitas de canela. Lo cubrimos con agua abundante y lo llevamos a fuego fuerte hasta que rompa el hervor. Cuando rompa el hervor, bajamos el fuego y dejamos cocer a fuego suave desespumando de vez en cuando ya que este guiso suele hacer bastante espuma.
Mi abuela decía que la mejor manera de cocer las legumbres era a fuego lento, que el caldo apenas se moviera, como si se estuviera sonriendo.
Si vemos que el caldo merma, añadiremos más agua teniendo la precaución de que ésta siempre sea fría.
Mientras la legumbre cuece, podemos preparar las pelluelas que acompañarán nuestro potaje.
Yo, para el pan rallado suelo comprar un día o dos antes de hacer el potaje una barra de pan candeal o un pan candeal (depende de la cantidad de bolas que quiera hacer porque en mi casa les gustan mucho).Comenzamos quitando la corteza del pan y lo vamos desmigando rallandolo con un rallador.
Batimos los huevos, le agregamos la leche, el perejil muy picado, el ajo muy picado también, una pizca de sal y vamos agregando toda la miga de pan que hemos rallado que admita hasta lograr una masa.
Ponemos aceite a calentar en una sartén y con una cucharilla vamos tomando porciones de la masa de huevo y pan y friendolas. Una vez fritas las vamos sacando a un plato o fuente y reservamos.
Cuando nuestro potaje casi esté, le hacemos un sofrito. Para ello pelamos cuatro o cinco ajos dejándolos enteros y los sofreímos en aceite hasta dorar, agregamos unos hebras de azafrán, harina y ya fuera del fuego, una cucharadita de pimentón.
Mientras se hace el sofrito retiramos de la olla las hojas de laurel, los ajos y la canela.
Cuando esté el sofrito, se vuelca sobre la cacerola y se mueve ésta en círculos para que se mezcle bien.
Se agregan las pelluelas al potaje y se deja cocer todo junto unos diez minutos más.
Si se puede, al terminar, dejar reposar un par de horas. Los potajes están incluso mejor de un día para otro.
Servir calentito y seguro que os lo agradecen.
Como veis, es una receta sencilla y fácil de hacer, sin demasiadas complicaciones. A mi, particularmente me trae recuerdos de mi niñez y de mi abuela cuando íbamos al pueblo. Mujer sencilla que sin muchos recursos se las ingeniaba para darles a los suyos lo mejor y todo ello sazonado de mucho, mucho amor.